viernes, 5 de junio de 2009

Lloyd Kaufman: el borracho de Tromaville

Lloyd Kaufman, director y productor, es considerado por muchos como el indiscutible rey del cine basura. Y lo es merced a su infatigable labor al frente de Troma Enterteinment, produtora neoyorquina especializada en películas de ínfimo presupuesto e infinita osadia. Kaufman es una especie de rey midas off-hollywood (ya sabemos quien es el de in-Hollywood), pero a la inversa, ya que todo lo que toca, en lugar de oro, se convierte en basura. Una basura, eso sí, que se procesa cumpliendo a rajatabla las famosas tres erres de la ecología: todo en Tromaville es reduir (costes), reutilizar (decorados, recursos, escenas) y reciclar, como demuestran los numerosas secuelas (cinco en total) de sus dos grandes "hits": El vengador tóxico y Mutantes en la universidad. Gracias en buena parte al buen hacer del "tio Lloydy", Troma Entertainment sigue siendo una de las pocas productoras realmente independientes estadounidenses, y con más de 35 años de existencia, sin duda de las más longevas. Guste o no, mantiene viva la mortecina llama de la independencia creativa cinematográfica de su país.

Sorprende, por tanto, ver a nuestro héroe en una película que en su momento fue todo un éxito de taquilla mundial: Rocky de John G.Avildsen...aunque fuera en un papel aparentemente tan minúsculo. Lloyd Kaufman es el borracho tirado en la calle que Rocky (Sylvester Stallone) recoge y mete en el bar junto a otro tipo también ebrio. Sin embargo Kaufman, en uno de sus escasos escarceos dentro del cine "convencional", parece sublimar en su breve papel de borracho todo el espíritu de la Troma. La Troma es como el típico borracho de bar, zafio e incomodo, cómico y malhablado, al que pocos hacen caso y muchos desprecian, aunque todos se diviertan con él y sepan que no hay nada más sincero que una persona embriagada. Un tipo que en muchas ocasiona acaba siendo expulsado del local con malas maneras obligándole a vagar por las calles padeciendo todo tipo de calamidades. De hecho, en sus múltiples apariciones públicas por festivales de todo el mundo, el rey de la basura siempre da la sensación de que se le fue un poco la mano con los cockteils. Troma y un borracho se parecen también en que ambos reflejan nuestro verdadero interior, nuestro yo más puro e instintivo, aquel que pretendemos ocultar bajo una máscara de civilización, pero al que basta un brebaje escasamente secreto, para invocar y hacer que aflore inconteniblemente. Iniciativas como la Troma, embriagadas de libertad y arrebatadas por la desmesura y el desparpajo, son marginadas y condenadas a la condición de parias por un poderoso status quo que las ve como una inaceptable insurrección a su autoridad.

Pero se diría que en estas imágenes el establishment (encarnado por Sylverster Stallone, en la película un tipo duro de buen corazón) echa una mano y acoge bajo su caluroso techo a uno de estos "outsiders" que se haya afuera en la calle. Y es que en el mundo real a Lloyd, con una Troma prácticamente recién nacida en sus brazos, no le venía mal la ayuda de cualquier trabajito que le permitiera pagar las facturas, viniera de donde viniera. Un favor que devolvió con creces, al dar oportunidad a estrellas de Hollywood como Kevin Costner o Samuel L. Jackson en sus producciones, cuando todavía eran completos desconocidos. En todo caso, está claro que Lloyd Kaufman no quiso (o no pudo) seguir la (estrecha) senda hollywoodense abierta con Rocky. Pero las otras vías que exploró, quien sabe si obligado por las circunstancias, resultaron ser, no nos cabe la menos duda, mucho más originales e intersantes.

domingo, 24 de mayo de 2009

Paco Martínez Soria y la informática.


Cuatro fragmentos de Estoy hecho un chaval de Pedro Lazaga.

Un español de la vieja guardia (el inefable Paco Martínez Soria) se ve desplazado en su trabajo por un avanzado (para la época) sistema informático y su operador, un jóven melenudo, enfermizo, insolente y algo "desviado" (un joven Enrique San Francisco). Anteriormente se muestra como Martínez Soria ha concebido un hijo a la edad de 65 años, por lo que henchido de virilidad y masculinidad, el protogonista asiste humillado a la derrota del homus ibericus que representa frente a la aparición de nuevos modelos de "hombres" y trabajo importados.

En suma, la resistencia al progreso por parte de la España tradicional(ista) y tempranos tópicos asociados a la figura del informático en un documento histórico que además de hilarante, no carece de valores historicos y socio-antropológicos.

Referencia al Zolpidem en Ghosts of Mars.


Escena de la película Ghost of Mars de John Carpenter donde parece aludirse a los efectos del somnífero Zolpidem (también conocido como Ambien), incluidos sus efecto alucionógenos. La protagonista se toma una pastilla blanca, se relaja, tiene alucinaciones y se duerme. Un proceso por el que pasan muchos de los consumidores del fármaco, que en ocasiones llegan a hacer un uso recreativo del mismo.

Al final del video Pam Grier también parece hacer una alusión al famoso hipnótico al decir: "This prisoner transfer is no sleepwalk" (En este caso sleepwalk podría significar "broma", pero también "sonámbulismo").

Zolpidem es uno de los fármacos más vendidos en EEUU y a menudo sus efectos alucinogenos (bastante frecuentes en realidad) son "ocultados" o hasta negados, tanto por las empersas farmaceuticas productoras, como por las autoridades sanitarias. El candidato a la presidencia John McCain generó se declaró un ferviente partidario del fármaco, y confesó usarlo con frecuencia durante su campaña presidencial, no sin cierta controverersia.

El buen cine fantástico, y John Carpenter es uno de sus grandes maestros, lejos de ser un mero entretenimiento escapista, permite desvelar aspectos de la realidad que son oficialmente ocultados. Esta escena es un claro ejemplo.

Si desean ver subtítulos en español, pónganlo en pantalla completa o abrán el video en la página original del Youtube.

Me presento/el porqué de todo esto/El televisor

Hace unos meses creaba un canal en youtube en el que daba salida a mi alter-alter-ego CineJeur. La duplicación del prefijo "alter" no responde a un titubeo propio de los nervios de este estreno bloggero, CineJeur es la replica cinematográfica de VideoJeur, un mezclador de video en vivo (también conocido como VJ) que desmenuza creaciones audiovisuales, propias o no tan propias. Y VideoJeur es asimismo una de las escisiones de la personalidad múltiple de mi (multi)persona: Alberto Romo, para servirles, un apasionado del cine y la cultura digital y audiovisual en general...entre otras muchas cosas.

La intención de CineJeur es, de manera análoga a la de un VJ que descompone y recompone creaciones en video a partir de pequeños fragmentos llamados loops, aislar fragmentos cinematográficos para (re)interpretarlos y deconstruirlos desde una prespectiva que pretende ser tan lúdica como lúcida. De hecho, mucho más lo primero que lo segundo. Y es que contrariamente a lo que parece pensar mucha gente, no encuentro mayor alabanza al cine que simplemente disfrutar plenamente de él (plenitud que, cabe puntualidad, están lejos de alcanzar los consumidores del mal llamado cine de entretenimiento hollywoodense), y mayor agravio que dotarlo de cargante y vacía trascendentalidad.

Con bastante celeridad mi entusiasmo inicial hacia el canal dio paso a una cierta apatía, hasta que uno de los video que había seleccionado para él, un fragmento del telefilm El Televisor, fue seleccionado por Ferran Monegal para ser integrado en su popular (al menos en Barcelona y alrededores) programa de crítica de televisión Telemonegal, y yo invitado para presentarlo. Para mi, gran admirador del Sr. Monegal, fue todo un honor y me ha animado a reemprender el proyecto, y esta vez en formato de videoblog. Creo que sin el interés de Ferran nunca me hubiera arremangado con esta empresa, así que nada mejor que mi presentación en la televisión para arrancar con este video/cine blog.